lunes, 28 de julio de 2014

El Caballo de Hierro

Alguien le contó a mi hermano, que solo hay dos caballos de esos en el mundo, uno se encuentra en Europa y el otro, en el lugar donde menos te imaginas que esté: Venezuela. Específicamente, en la ciudad de Valencia.
 
 
En un sector llamado Guataparo está ubicado el inmenso caballo de hierro. Está en posición de carrera, con las patas estiradas, la boca abierta; el pelaje y la cola reflejan movimiento. Es una hermosa obra de arte, imponente y a la vez tan fuera de lugar, pues el sitio en el que se encuentra está un poco descuidado.
 
Sin embargo, como ciclistas lo que valoramos es el recorrido. Para llegar al caballo existen 2 tipos de rutas, está la de asfalto (carretera) y está la de montaña. Me fui con el grupo de asfalto por ser inexperta en montaña, y aunque el recorrido no es tan largo, lo disfrutamos muchísimo porque eran bajadas con buena velocidad y no habían obstáculos en el camino. Eso sí, indiscutiblemente el camino que escojas para llegar, siempre encontrarás buenas subidas que requieren esfuerzo y resistencia.
 
Lo malo vino con el regreso.
 
Nos preparábamos para bajar, éramos aproximadamente 15 personas porque el grupo (que era numeroso) se había disuelto ya que muchos siguieron otros caminos y probaron nuevos recorridos cercanos a la zona. Venía la primera bajada de regreso que tenía una curva peligrosa, la carretera no es ancha, de hecho solo tiene dos canales (ida y vuelta) por lo que decidimos que se lanzaran de 2 en 2 para evitar estar todos tan pegados.
 
Quedé dentro del último grupo que arrancó, íbamos de lo mejor por la bajada cuando veo (en plena curva) varias bicicletas tiradas en la orilla de la carretera, y ciclistas corriendo hacia la montaña que estaba al borde de la vía. El susto fue tremendo, lo primero que pensé fue "nos robaron" puesto que ya nos habían dicho que a veces se escondían motorizados para atracar.
 
Pero no. Uno de los ciclistas había seguido de largo y no cruzó en la curva. Había rodado 3 metros más allá de la carretera  y al asomarme veo que estaba en una especie de barranco o hueco, a unos 2 o 3 metros hacia abajo.
 
Estaba inmóvil aunque respondió cuando le preguntamos si se encontraba bien. Todos empezamos a buscar maneras de sacarlo pero no fue posible, le dolía todo y decía que no podía levantarse. Pasó media hora quizá cuando pudimos recibir ayuda de la policía que a su vez empezó a llamar a Protección Civil y una ambulancia. A medida que pasaba el tiempo llegaban más y más ciclistas.
 
 
Al cabo de 1 hora o más, se pudo sacar al ciclista y llevarlo a una clínica de la ciudad. A pesar del tremendo accidente, el paseo estuvo muy bueno, demostramos compañerismo y a la vez, practicamos un gran deporte que cada día me gusta más :)


Consejo: en bajadas agarra fuerte el volante, empieza a frenar con tiempo si hay una curva y cruzala con cuidado.

martes, 22 de julio de 2014

5 cosas que todo ciclista principiante debería saber

¡Hola hola!
 
En vista de mi poca experiencia en ciclismo y de los muchos errores que he cometido sin darme cuenta quiero regalarles una pequeña lista de cosas que cualquier ciclista debería tener presente al momento de salir a rodar.
 
 
1) Lleva herramientas esenciales que te permitan solventar cualquier inconveniente, sea un caucho, cadena, freno u otra cosa que se te dañe en el camino.
 
2) Es muy importante llevar un pequeño kit de primeros auxilios. Unas vendas, gasas y agua oxigenada o betadine pueden ayudar a que la herida no se infecte o se ponga peor :)
 
3) En tu bolsito lleva comida, preferiblemente frutas como cambur, naranja y mandarinas, son muy buenas para los momentos en los que sientes que no puedes seguir. También puedes llevar una barra de chocolate, nunca fallan.
 
4) Jamás te olvides del agua. La hidratación es nuestra gasolina, gracias a eso tenemos energía para pedalear todo lo que nos propongamos.
 
5) Si sales de noche por amor a lo que tú quieras... ¡Lleva luces! Tanto para que tú veas como para que los conductores te vean a ti :)
 
Ah y otra cosa, evitar salir solo. Busca grupos cercanos a tu zona de residencia que te hagan sentir cómodo y a gusto, de esta manera querrás entrenar más seguido y sin darte cuenta obtendrás resistencia en poco tiempo ;)

lunes, 21 de julio de 2014

Un accidente, un jardín y un guía turístico

Los autobuseros en Venezuela tienen la particular costumbre de recoger pasajeros en lugares donde NO hay una parada de autobús. Entiéndase con esto, que no importa en el sitio que usted se encuentre, el conductor va a parar así no esté permitido hacerlo.
 
Lamentablemente, gracias a este importantísimo hecho, el ciclista urbano debe estar muy pendiente de este medio de transporte público cuando se detenga a buscar y dejar pasajeros. Bien...en una oportunidad, mientras iba por la Av. Bolívar de Valencia, uno de estos autobuseros quiso recoger/dejar personas en un sitio donde evidentemente no debía y para evitar llevarme por delante a las personas (el autobús frenó muy cerca de mí) tuve que frenar de golpe y de paso....con ambos frenos.
 
¿Alguna vez han frenado de golpe en bicicleta? Pues si la respuesta es sí, seguro ya se imaginarán lo que sucedió después... si la respuesta es no, aquí les cuento:
 
¡Me fui de boca! ¡De boca! ¡Ouch!
 
No me di cuenta de que me había caído hasta que mi cachete llegó al pavimento, me paré enseguida por supuesto, no aguantaba la pena pues todo el mundo se había detenido a observar a la ciclista que se había ido de boca en la avenida.... miré a todos (incluyendo a los pasajeros del autobús que se quedaron atónitos) y les dije que estaba bien pero........veía todo absolutamente blanco y brillante. No veía con nitidez, me sentía mareada y cuando alguien me preguntó si estaba bien terminé respondiendo a un objeto que se encontraba cerca de la persona.
 
Fue bastante desesperante, pensé que no iba a poder continuar y ni siquiera había empezado nuestro recorrido del día. Gracias a una barra de chocolate patrocinada por mi hermano, pude levantarme y continuar. Cuando llegamos al sitio donde nos reuniríamos con el resto del grupo, volvió el malestar y pensé: "Hasta aquí llegué hoy" pero una de las muchachas buscó jugo de naranja y pude levantarme nuevamente.
 
El recorrido de ese día fue hasta el Jardín Botánico de Naguanagua, fue un agradable paseo a pesar del desastroso comienzo y tuvimos como guía turístico a uno de los ciclistas que tenía conocimientos del lugar tanto como el resto del grupo ;)
 


 
 NOTA: llevar chocolate y jugo de naranja cuando salgamos a rodar.
 

martes, 8 de julio de 2014

Un rayito de felicidad

Uno de mis primeros paseos en bicicleta fue a la Casa Hogar "San Vicente de Paúl" ubicada en el municipio Naguanagua.
 
  
Fuimos junto al grupo de Ciclistas Urbanos de Carabobo, fue un recorrido saludable y gratificante porque le llevamos un donativo a los abuelitos que viven allí. Además, los pusimos a bailar y a disfrutar un rato agradable entre música en vivo (gracias al talento que hay dentro del grupo de ciclistas) improvisación y muchas risas.
 
Experiencias como estas te hacen pensar en tu propia vida. Por ejemplo, hubo cosas que me entristecieron, como el hecho de que algunos abuelos y abuelas se veían completamente solos, descuidados, desamparos y a la deriva. Ese tipo de soledad que va acabando con una persona, que apaga cualquier luz y brillo del ser y lo deja en penumbra, frío y sin esperanzas. Eso me entristeció como nadie tiene idea, simplemente me hizo pensar en mi propio destino y rogué no tener que pasar por un final así.
 
Otros, sin embargo, parecían disfrutar mucho su estadía en el ancianato. Al final, ya cuando nos íbamos, recuerdo la alegría y el entusiasmo de algunas abuelitas, tal vez fuimos un rayito de felicidad dentro de mucha oscuridad, nos decían que regresáramos pronto, pues la habían pasado de maravilla. Yo también la había pasado genial, me reí muchísimo y creo que a partir de ese momento me di cuenta que el ciclismo, como buen deporte, une a la gente.
 
 

miércoles, 2 de julio de 2014

Aventura a ciegas

Tengo varias cosas que contar de recorridos anteriores pero comencemos con la aventura que tuve ayer por la noche.
 
Salí con mis hermanos y un grupo de ciclistas a andar por una zona muy conocida en el norte de la ciudad de Valencia: las 4 avenidas. Este lugar, para quien no lo conoce, es, como su nombre lo dice, cuatro avenidas juntas (2 de ida, 2 de venida) y a sus alrededores hay edificios, casas, colegios, centros comerciales. Queda en una zona alta por lo que tiene cerros o montañas a su alrededor. El famoso "Cerro Casupo" queda allí y su entrada es precisamente al final de esta avenida.
 
Bueno, la cosa es que nos encontramos todos allí a eso de las 6 de la tarde y comenzamos a rodar en lo que calificamos como un "paseo urbano" por las calles de la ciudad. Pero no. Resulta que subimos a otra gran avenida llamada Paseo Cuatricentenario y nos dirigimos al Dique de Guataparo, un lago artificial ubicado al noroeste de la ciudad.
 
Ya había recorrido ese camino en otra oportunidad aunque se había desviado en un punto y su destino no era precisamente el dique. Sin embargo, esta vez sí que era para allá y recorrimos otras calles cercanas con muchas subidas y bajadas (las primeras son el infierno, las segundas el cielo).
 
 
Lo malo de la ruta de ayer: no había iluminación en la vía, habían varios huecos en el camino y no todos los ciclistas tenían luz propia, muchos tramos quedaban a oscuras y... ¿adivinen quién no veía absolutamente nada? Ajá, esa misma. Procuraba estar cerca de las luces pero muchas veces nos separábamos un poco y bueno...todo salió bien :)
 
Lo bueno de la ruta: el paisaje (lo que podía ver) era espectacular. Habían muchas haciendas a nuestro alrededor y pudimos ver algunos animales, incluso vacas. El clima estaba fresco, un poco más frío de lo normal.  Rodar de noche por todo ese lugar se sintió como estar en otro país, fue muy gratificante pasear por allí, rodeados de naturaleza.
 
Llegamos al Dique de Guataparo, completamente a oscuras, y mi sorpresa es que está muy diferente a la última vez que lo vi. Antes estaba repleto de agua, era una gran laguna, bellísima. Ahora, está seco, queda poca agua y es posible rodar por donde antes te ahogabas.
 
¡Terminamos nuestro recorrido bajo la lluvia, fue una agradable sensación!
 
 
Nota para mi: comprar luces.