Alguien le contó a mi hermano, que solo hay dos caballos de esos en el mundo, uno se encuentra en Europa y el otro, en el lugar donde menos te imaginas que esté: Venezuela. Específicamente, en la ciudad de Valencia.
En un sector llamado Guataparo está ubicado el inmenso caballo de hierro. Está en posición de carrera, con las patas estiradas, la boca abierta; el pelaje y la cola reflejan movimiento. Es una hermosa obra de arte, imponente y a la vez tan fuera de lugar, pues el sitio en el que se encuentra está un poco descuidado.
Sin embargo, como ciclistas lo que valoramos es el recorrido. Para llegar al caballo existen 2 tipos de rutas, está la de asfalto (carretera) y está la de montaña. Me fui con el grupo de asfalto por ser inexperta en montaña, y aunque el recorrido no es tan largo, lo disfrutamos muchísimo porque eran bajadas con buena velocidad y no habían obstáculos en el camino. Eso sí, indiscutiblemente el camino que escojas para llegar, siempre encontrarás buenas subidas que requieren esfuerzo y resistencia.
Nos preparábamos para bajar, éramos aproximadamente 15 personas porque el grupo (que era numeroso) se había disuelto ya que muchos siguieron otros caminos y probaron nuevos recorridos cercanos a la zona. Venía la primera bajada de regreso que tenía una curva peligrosa, la carretera no es ancha, de hecho solo tiene dos canales (ida y vuelta) por lo que decidimos que se lanzaran de 2 en 2 para evitar estar todos tan pegados.
Quedé dentro del último grupo que arrancó, íbamos de lo mejor por la bajada cuando veo (en plena curva) varias bicicletas tiradas en la orilla de la carretera, y ciclistas corriendo hacia la montaña que estaba al borde de la vía. El susto fue tremendo, lo primero que pensé fue "nos robaron" puesto que ya nos habían dicho que a veces se escondían motorizados para atracar.
Pero no. Uno de los ciclistas había seguido de largo y no cruzó en la curva. Había rodado 3 metros más allá de la carretera y al asomarme veo que estaba en una especie de barranco o hueco, a unos 2 o 3 metros hacia abajo.
Estaba inmóvil aunque respondió cuando le preguntamos si se encontraba bien. Todos empezamos a buscar maneras de sacarlo pero no fue posible, le dolía todo y decía que no podía levantarse. Pasó media hora quizá cuando pudimos recibir ayuda de la policía que a su vez empezó a llamar a Protección Civil y una ambulancia. A medida que pasaba el tiempo llegaban más y más ciclistas.
Al cabo de 1 hora o más, se pudo sacar al ciclista y llevarlo a una clínica de la ciudad. A pesar del tremendo accidente, el paseo estuvo muy bueno, demostramos compañerismo y a la vez, practicamos un gran deporte que cada día me gusta más :)
Consejo: en bajadas agarra fuerte el volante, empieza a frenar con tiempo si hay una curva y cruzala con cuidado.